Querido Helmar, no tengo palabras para agradecerte lo que has hecho por mi, te mando mi testimonio.
Es mi segundo retiro, llegaba rota por la pérdida de mi madre, y puedo decir que la persona que llego el viernes y la que regreso el domingo, no tienen nada que ver, no he hecho nada, solo miro dentro y siento calma.
Nos vemos pronto.
Carmen